“El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad”

Gabriel García Márquez

Nada nos hace envejecer con más rapidez que el pensar incesantemente en que nos hacemos viejos, señaló G. Christoph, profesor de Física y científico alemán. Y cuando la frontera del cierre de la vida está próxima: ¡Envejece conmigo! Lo mejor está aún por llegar, recuerda Robert Browning, poeta inglés.

Envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube, las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena, fue la expresión de Ingmar Bergman, famoso cineasta sueco. Y es que los primeros cuarenta años de vida nos dan el texto; los treinta siguientes, el comentario.

“Vieja madera para arder, viejo vino para beber, viejos amigos en quien confiar y viejos autores para leer”, sentenció Bacon.

Estas líneas van dedicadas a un hombre que ha sabido vivir cada instante de su existencia con plenitud, con intensidad y con pasión. Sabio y congruente; justo y enérgico. Don Juan Brito; aventurero y joven audaz quien a bordo de un barco se la jugó para viajar desde las Islas Canarias a América como polizón, fue un trabajador incansable, de gran agudeza intelectual.

Al cumplir sus primeros noventa años, sigue siendo un gran conversador, de sonrisa franca y recuerdos claros e imborrables. Con precisión de detalles describe su pasado y alienta a las nuevas generaciones a vivir un mejor futuro, encarando su devenir.

“Envejecer es todavía el único medio que se ha encontrado para vivir mucho tiempo”, escribió para siempre Charles Augustin Sainte-Beuve, escritor y crítico literario francés.

¡Enhorabuena Don Juan por esta gesta de la existencia! al lado de los suyos, sereno, con la satisfacción del deber cumplido…deseoso de seguir viviendo!